La estrella de ocho puntas fue usada en Andalucía por diferentes culturas, en un principio por los tartesos como culto al sol, más tarde por los andalusíes. Hemos querido recuperar este antiguo símbolo de luz como icono de convivencia y paz entre diferentes culturas.
Dentro de esta estrella se encuentra El Zahorí, persona que tiene una afinidad especial para detectar el movimiento de fluidos y energía, y que en este caso, ayudan a alumbrar lo que se esconde en lo profundo del cuerpo.
Sonia Moslero Mellado, con formación en Quiromasaje, masaje Kobido, Craneosacral, Drenaje Linfático y Reiki. Profesional autónoma, miembro de Cofenat (Asociación de Profesionales y Autónomos de las Terapias Naturales).
La primera formación que hice fue en Reiki, y a partir de ahí han sido mis manos las que me han guiado.
Quizás por ello me he sentido identificada con los zahoríes, ya que mis manos perciben bajo la piel los fluidos, las vibraciones, las diferentes temperaturas que un cuerpo transmite, aquello que en apariencia es invisible pero que está ahí, esperando ser reconocido.