SALUD, ESTRÉS Y MASAJE
Como puede un masaje ayudarte a combatir el estrés.
El estrés puede ser definido como el proceso que se inicia ante un conjunto de demandas ambientales que recibe el individuo, poniendo en marcha un conjunto de señales fisiológicas que permitan una respuesta rápida ante una señal de alarma. Es por tanto un proceso natural, pero que si se mantiene de forma continuada pasa a ser de normal a patológico.
El estrés y nuestra salud.
El ritmo acelerado que llevamos a diario, las demandas de la sociedad que nos empuja a la búsqueda del éxito continuamente, la autoexigencia que nos imponemos a nosotros mismos, todo ello nos genera una situación de estrés que incluye una serie de reacciones emocionales negativas como la ansiedad, la ira y la depresión, pero además corporal, como: dolores de cabeza, problemas digestivos, dolores de espalda, hombros y nuca, insomnio, ansiedad, irritabilidad, falta de concentración, depresión, y destaca entre los factores de riesgo para padecer enfermedades como las cardiovasculares, el cáncer, la obesidad y la depresión.
El manejo del estrés.
Hoy existen técnicas que pueden aprenderse y ayudarnos a manejar el estrés, algunas en pleno auge como son el mindfulness y la meditación. Otras técnicas, como la risoterapia, el masaje,o la aromaterapia pueden ayudarnos y combinarse entre sí, ayudándonos a recuperar nuestra salud. Entre las de mayor preferencia están los masajes por lo que vamos a centrarnos en ellos. Estres y masaje entán intimamente ligados.
El masaje y la velocidad.
Un masaje puede ayudarnos a conectar con nuestro ser interior, con todo aquello que somos , por lo que puede ayudarnos a separar lo que queremos para nosotros, en realidad, desde nuestra sabiduría, no desde las exigencias que nos impone la sociedad o las que nos imponemos a nosotros mismos por no querer defraudar a nuestra familia, a nuestros amigos, a nuestros jefes.
Un masaje energético puede ser una parada para sentir, una pausa en nuestro ajetreado camino, un espacio de seguridad donde escucharnos a nosotros mismos, y alejarnos de las imposiciones que nos están provocando el estrés.
El masaje y el lenguaje de la piel.
La necesidad de compartir nuestra vida con los demás, en la saludable red de contactos humanos que es una necesidad básica de nuestra especie, se ve reflejada en ese espejo que es nuestra piel.
La persona que da un masaje puede sentir a través de los 3000 receptores que se concentran en la yema de los dedos, estímulos que se transmiten al cerebro en forma de complejos impulsos nerviosos. Esta comunicación por supuesto es de doble sentido, porque nuestra piel, que posee más de 5 millones de receptores del tacto, recibe a su vez información cuando estamos recibiendo un masaje.
Nuestra piel habla de nosotros.
En muchas ocasiones las tensiones emocionales que se manifiestan en agarrotamiento , rigidez o contracciones musculares, se alivian al ser escuchadas, rompiendo el circuito del estrés, y convirtiendo al masaje en una conversación en el primer lenguaje que nos dio la naturaleza, el del contacto y la comunicación con la madre: el tacto.
El tacto es el primer lenguaje que aprendemos al nacer
About Post Author
Contact us